Imagínense un saludos así: ¡qué crees, que conocí al hombre de tu vida, y ya te cuadre una cita con él!. Bueno así me llego una amiga, por supuesto mi cara de asombro no fue normal y acto seguido me reí en su cara ¡qué te pasa estas como loca, porque dices eso! Le dije de inmediato..
Evidentemente mi amiga estaba emocionadísima con el hecho de haber conocido a un hombre hecho para mi, a ver lo describió así: es un tipo serio, hecho y derecho, profesional con su negocio propio, solo y de un serio, que pega contigo es que es para ti vale.
Pues la trampa ya estaba montada en confabulación me llevo a conocer al dichoso prospecto, era como mi amiga lo había descrito “un tipo, hecho y derecho” pero no pasó nada no hubo chispazo, ni se detuvo el mundo, ni nada.
Pero para no desanimarnos empezamos a salir y con el tiempo los encuentros fueron más seguidos, tú sabes por aquello de probar a ver si de verdad el amor estaba ahí, solo que estaba escondido, salimos a la playa, al teatro, a bailar y a cuanto evento se suscito durante esos meses.
De las salidas les cuento, fueron normales, divertidísimas e interesantes eso sí, pero normales, demasiado normales para una pareja que según mi amiga era el uno para el otro, pero también les cuento que ella (mi amiga) no lo soportaba le caía mal y siempre peleaba con él, por eso un día en club le dije “tu sabes que, a ti te gusta el X, ya verás” a lo que me respondió ¡noooo estas loca ese tipo es para ti yo no lo soporto!.
Con el tiempo ya no había chance para nada y estaba convencida de que lo quería para que fuera mi amigo, por eso empecé a poner “distancia romántica” pues, paso el tiempo y un día me llego la noticia mi amiga y el X, se casaban.
Pues sí, aquel fulano que según mi amiga era el tipo perfecto para mí se convertiría en su esposo, y para rematar me pedían ser la madrina del matrimonio, demasiado bizarro ¿verdad?, bueno de inmediato pensé pero como me van hacer esto a mi, pero luego pensé ay! Ya deja la bobería si el no te gusto nunca, vamos a imaginarnos en una serie de TV de esas que todos salen con todos y la amistad no se termina.
Efectivo, vino el día de la boda y yo bellísima me presente al evento, por que algo si tengo yo la dignidad siempr en alto hasta enlos peores momentos, y bueno a ese par los bendije y felicite y aun somos amigos, aunque la relación no es la misma pero la distancia y el tiempo curo las heridas.
Ahora lo que sí es cierto es que existe un fulano Cupido que anda lanzando flecha como loco por ahí y que comete travesuras haciendo que el día menos pensado te fijes en la persona que tu menos esperas.
@ezeca
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